Skip to main content
Armstrong
Buscar

El impacto de la retroalimentación en el grado de compromiso de los colaboradores

Armstrong
Compartir

Armstrong

30 de mayo de 2019

¿Te sirvió?

1
0

El feedback o retroalimentación es un proceso que permite, de manera eficiente, alimentar y robustecer una conversación que se inicia a partir de un mensaje.

Ese mensaje va creciendo en función de los comentarios, recomendaciones y sugerencias que cada uno de los actores realiza. Es posible, incluso, intercambiar roles en la conversación, el emisor volverse receptor y viceversa; ello genera una interacción activa de ambas partes y, por lo tanto, una corresponsabilidad en los acuerdos que se derivan de dicho proceso. Al escuchar y sentirse escuchado se establece un vínculo que posibilita la fidelización no sólo de clientes sino de los propios colaboradores.

Cuando la retroalimentación se asume como un valor que conforma la cultura de una organización, deriva en la formación de equipos de alto desempeño. Personas que, por un lado, están enteradas de lo que hacen bien y, por el otro, de lo que deben mejorar. De ese modo es posible generar mejoras en las actividades con mayor agilidad, explotar las fortalezas, mantener al talento motivado, favorecer la autocrítica, así como la preocupación por la calidad y, encaminar a la organización a alcanzar sus objetivos. Las personas que reciben retroalimentación como una práctica cotidiana muestran mayor apertura y, actitud positiva mientras que, quiénes la reciben de modo desfasado lo asumen como una crítica negativa de sus errores en el pasado y, por tanto, no propicia el crecimiento o desarrollo personal ni profesional.

Estudios recientes realizados por grandes consultoras como Deloitte, PWC, SHRM, Gallup, demuestran que el capital humano considera la retroalimentación como una herramienta valiosa para mejorar la productividad, reconocer y fidelizar al talento, así como para incrementar su desempeño. Los colaboradores que reciben retroalimentación continua no sólo se sienten satisfechos en el trabajo, sino que, se comprometen con él. La satisfacción surge de una transacción que se establece en un contrato mientras que, el compromiso o “engagement” es el motor interno que lleva a una persona a desear permanecer en una compañía y, va más allá de las cláusulas de trabajo. Surge de la corresponsabilidad entre la organización y, el colaborador. Ambos se escuchan, se entienden, se mantienen “fieles” el uno al otro, sólo por el deseo de estar juntos. Es así como el feedback deriva en engagement. ¿Notas como uno no existe sin el otro?

Existen herramientas que facilitan los procesos de feedback, desde aquellas que sugieren los pasos que debe incluir el proceso, así como las palabras adecuadas a utilizar hasta, las automatizadas que, con solo un clic el colaborador podrá recibir una retroalimentación continua. Sin embargo, la retroalimentación requiere, forzosamente y, en algún punto, interacción personal. Otorgar y recibir retroalimentación eficiente se convierte en uno de los “soft skills” más valorados en el mundo laboral futuro y, por lo tanto, es importante considerar incorporarla como parte de la cultura de toda organización.

Si quieres saber más sobre su importancia y, alternativas respecto de cómo puedes implementar una cultura de retroalimentación, te invito a leer más al respecto:

https://business.linkedin.com/talent-solutions/blog/trends-and-research/2016/5-Employee-Feedback-Stats-That-You-Need-to-See

https://business.linkedin.com/talent-solutions/blog/recruiting-tips/2017/how-to-give-constructive-feedback-to-candidates-and-hiring-managers

https://www.forbes.com/sites/williamcraig/2016/07/26/3-tips-for-better-employee-feedback-and-engagement/#abc05962d928

1
0