Seguimos viendo hacia el futuro, ya que las transformaciones tecnológicas nos han dejado claro que…
El futuro del trabajo ¿cómo será en 2022?
Seguimos viendo hacia el futuro, ya que las transformaciones tecnológicas nos han dejado claro que no podemos quedarnos parados ni esperando cuando el movimiento y la evolución de las industrias avanza a pasos agigantados. Así que, ¿cómo será el trabajo en el futuro? Según varios investigadores y recopiladores de datos y tendencias, el mundo, las […]
Armstrong
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Seguimos viendo hacia el futuro, ya que las transformaciones tecnológicas nos han dejado claro que no podemos quedarnos parados ni esperando cuando el movimiento y la evolución de las industrias avanza a pasos agigantados. Así que, ¿cómo será el trabajo en el futuro?
Según varios investigadores y recopiladores de datos y tendencias, el mundo, las industrias y el ámbito laboral se comenzará a dividir en distintos “mundos” a partir de la relevancia que tengan ciertos valores o procesos.
Según PWC – Capital Humano hacia el 2022 nos estamos aproximando a tres tipos de “mundos”. La expectativa de las organizaciones y de los aspirantes a formar parte de ellas se dividen en tres tendencias.
Hay un cambio significativo y grande en las prácticas de administración de empresas, que responde al mundo cambiante y siempre en búsqueda del futuro, además de los trabajadores de la información que ya forman parte de este mundo y que están transformando la manera de trabajar para la siguiente década.
Enormes fuerzas están cambiando radicalmente el mundo laboral. Los cambios económicos están redistribuyendo el poder, riqueza, competencia y oportunidades en todo el mundo.
¿Qué características están ocurriendo actualmente? Innovaciones disruptivas, pensamiento radical, nuevos modelos de negocios, escasez en todos los sectores, nuevos negocios con otras perspectivas.
A partir de estas situaciones es que la escala del cambio esperado no tiene precedentes. Lo que es único es la naturaleza dominante del cambio y su ritmo acelerado.
Lo que atraviesa estos desarrollos son el empuje y atracción del individualismo versus colectivismo e integración corporativa versus fragmentación empresarial. Que, de hecho, es el eje de los tres “mundos” propuestos en el futuro.
La competencia entre estas fuerzas está creando lo que hemos identificado como tres escenarios («mundos») para el futuro del trabajo: Grandes corporaciones convirtiéndose en miniestados y tomando un papel destacado en sociedad. Especialización creando redes colaborativas. Y, por otro lado, la agenda social y ambiental forzando cambios fundamentales en la estrategia de negocios.
Es probable que la mayoría de las organizaciones sean una mezcla de los tres mundos de trabajo. Y por lo mismo es útil pensar sobre dónde podría su organización posicionarse dentro de estos escenarios, las compensaciones que esto conlleva y qué implicaciones tiene para su estrategia de gestión de talento.
Las organizaciones actualmente luchan con realidades de escasez de habilidades, gestión de personas a través del cambio y crear una mano de obra efectiva. Para 2022, el radical cambio en los modelos de negocio significará que las empresas enfrenten más problemas como:
• La necesidad de crear cada vez más medición sofisticada para su proceso de reclutamiento o evaluación.
• Mayor importancia del capital social y las relaciones laborales, como parte de los impulsores de éxito en el negocio.
• El límite entre el trabajo y vida personal irá desapareciendo, como empresas habrá que asumir una mayor responsabilidad por el bienestar social de los colaboradores.
En especial Recursos Humanos debe de repensar su espacio en la organización, pues siempre ha sido percibido por muchos como un funcional pasivo orientado al servicio. Pero dadas las demandas de mañana en torno al lugar de trabajo y entorno empresarial, RH está en una encrucijada y podría caer en una de tres formas:
• Una mentalidad proactiva y enfocada en la estrategia comercial, asumiendo una nueva personalidad más amplia, influyendo en muchos otros aspectos del negocio.
• Funcionando como un conductor y productor de la responsabilidad social corporativa, como parte de la agenda dentro de la organización.
• Siendo una herramienta meramente transaccional que podría ser hasta manejado como un outsourcing o algún proveedor automatizado.
Las organizaciones deben prepararse para experimentar un nuevo aprendizaje, vivir nuevos ciclos y adaptarse a estos nuevos desafíos, no solo para sobrevivir, sino también para tener éxito.
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