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Un futuro prometedor a través de la inversión en las personas

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5 de julio de 2019

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¿Cómo será el futuro de trabajo?

Gracias al programa “Trabajar para un futuro más prometedor” el futuro del trabajo, tendrá un cambio pues dicho programa se enfoca en el desarrollo de las capacidades humanas para que así puedan prosperar en la era digital, y asimismo, tengan una visión más audaz hacia un futuro en el trabajo que confiera dignidad, seguridad e igualdad de oportunidades y que amplíe las libertades humanas.

Para ello, el programa se enfoca en diferentes ejes, que combinados entre sí generarían igualdad y sostenibilidad paras las generaciones presentes y futuras. El que abordaremos en esta ocasión es: Aumentar la inversión en las capacidades de las personas.

Se busca que las personas se realicen plenamente, logrando el tipo de vida que anhelan de acuerdo a sus valores.

Este eje consta de cuatro elementos básicos:

  • Derecho universal al aprendizaje permanente.
  • Apoyo ante las transiciones.
  • Agenda transformadora para la igualdad de género.
  • Protección social más sólida.

Respecto al derecho universal al aprendizaje permanente, se convierte en un elemento clave para que las personas puedan aprovechar las nuevas tecnologías y las nuevas actividades laborales. Engloba el aprendizaje formal e informal en todas las etapas de la vida, combina las competencias básicas sociales y cognitivas, abarca competencias no solo para trabajar, sino las de su desarrollo social y democrático. Ofrece a los jóvenes y desempleados una vía de inclusión a los mercados de trabajo.

Ya que el aprendizaje permanente es una responsabilidad conjunta de gobiernos, empresas, trabajadores e instituciones educativas, se propone establecer un sistema que permita a los trabajadores tomarse el tiempo remunerado para su formación.

La vida siempre presenta transiciones, de la escuela al trabajo, a la maternidad o paternidad, cambios de trabajo o el tránsito hacia la jubilación. Por tal motivo, se busca apoyar los cambios en las personas para enfrentar nuevos retos, ampliar mayores opciones y lograr su seguridad. Se deberá remunerar adecuadamente a los jóvenes para que procuren la superación personal y social. Así mismo, se recomienda el apoyo a los trabajadores de edad avanzada para ampliar sus opciones y favorecer una sociedad activa a lo largo de toda su vida.

Es preciso elaborar nuevos mecanismos para rediseñar el seguro de desempleo, la formación y los permisos, como un seguro de empleo e implementar la empleabilidad por cuenta propia; empoderar a los trabajadores para que puedan reorientar su vida por cuenta propia ante la pérdida de sus puestos de trabajo.

En relación con la agenda transformadora para lograr la igualdad de género se propone prohibir la discriminación y promover la igualdad de trato y oportunidades, así como superar los obstáculos estructurales existentes.

Es importante recordar que, en la actualidad en el mercado laboral, las mujeres realizan tres cuartas partes del trabajo no remunerado en todo el mundo, es decir, ser ‘trabajadora del hogar’ no tiene igualdad de género y por ello es importante comenzar a promover que tanto hombres como mujeres deben compartir las responsabilidades domésticas. Se busca alentar la participación activa de las mujeres en la toma de decisiones, abogar para que gobiernos y empleadores permitan una mayor representación de la mujer. Además, que en los avances tecnológicos se permita que la mujer se involucre con mayor facilidad en estos programas. Se pretende eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.

Finalmente, se enfatiza la necesidad de fortalecer la protección social ante las transformaciones en el mundo del trabajo. Es un derecho humano y esencial poder gestionar las futuras transiciones de las personas. La protección social libera a los trabajadores de temores e inseguridades y les permite laborar con mayor efectividad; y a las economías a prosperar.

Es así, que el futuro del trabajo precisa un sistema de protección sólido y con capacidad de respuesta basado en principios de solidaridad y de reparto de riesgos que ayude a satisfacer las necesidades de las personas a lo largo del ciclo de su vida.

Con el fin de garantizar una protección social para todos, las sociedades deben subsanar esas deficiencias y adaptar los sistemas para ampliar la cobertura adecuada aún a trabajadores de diferente forma de trabajo, con inclusión de los trabajadores por cuenta propia.

Además, los sistemas de protección tendrán que evolucionar para ofrecer protección constante a los trabajadores asalariados, así como a los que lo hagan por cuenta propia, en diferentes tipos de trabajo y sectores de la economía.

Es importante atender la presión que sufren los sistemas de protección social frente a los bajos rendimientos en las inversiones, por lo que será necesario revisar los programas fiscales y los ingresos contributivos de los empleadores.

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