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¿Por qué importa tu salud en el trabajo?

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1 de marzo de 2018

¿Te sirvió?

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Sabemos que estar saludables y prevenir enfermedades es el primero de nuestros trabajos y la mayor responsabilidad sobre nosotros mismos.

Muchas veces no comprendemos o simplemente olvidamos que algo tan importante como la salud, permite que nuestra vida siga su curso, y por ello, no le damos la importancia que merece, creyendo que la salud se cuida “en nuestro tiempo libre”, que es algo que no tiene que ver con nuestras horas laborales y que no influye en nuestro desempeño.

Según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, refiriéndose y señalando todas las partes de nuestra vida.

Con esta premisa en mente, el estar saludable requiere de nuestra atención a varios factores y durante todas nuestras actividades, no tenemos por qué excluir el área laboral si queremos un vida verdaderamente saludable e integral.

Si no cuidamos nuestra salud, afectará directa e indirectamente nuestro trabajo y carrera profesional. Los accidentes y enfermedades laborales son una de las mayores causas de ausentismo entre los profesionales. El estrés, la fatiga crónica, el colon irritable o las dolencias musculares, provocan que día a día, muchos empleados deban faltar al trabajo o vean afectado su rendimiento laboral.

Algunas empresas cuentan con programas de prevención de enfermedades e impulso a la salud, pero cuente o no tu empresa con estos programas, es responsabilidad propia cuidar de la salud para no caer en el burnout , enfermedades estacionales, agotamiento o derivados del estrés como problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, entre otros.

La inclusión de hábitos saludables en la oficina es fundamental, por ello, te compartimos algunas maneras de poner atención a tu salud y prevenir enfermedades para no afectar tu desempeño laboral.

Toma pausas estratégicas

No es sano estar sentado durante ocho horas consecutivas, y esto puede producir síntomas como dolor de espalda, cuello, fatiga o estrés. Evítalo con al menos 3 descansos al día de entre 5 o 10 minutos en los que te levantes de tu lugar para estirarte, caminar un poco y cambiar de postura.

Toma aire y aprovecha el sol

Siempre que puedas, aprovecha para salir y tomar el sol. Verás cómo, al regreso, te encuentras más relajado y aumenta tu productividad.

Planea y reduce la ansiedad

Cierra tus días revisando lo que hiciste y lo que falta por hacer. Planea la jornada del siguiente día para que tu mente descanse un poco de pensar en pendientes y te permita descansar mejor.

Mejora tu postura

Cerciórate de que tu puesto de trabajo esté perfectamente ajustado, que tu silla sea cómoda y si trabajas con computadora, recuerda que la pantalla debe quedar de frente a tus ojos, no hacia abajo, para evitar así encorvamientos y dolor.

Cuida tu alimentación e hidrátate

Cuidado con los snacks diarios y las vueltas a la tiendita cada dos horas. Además de ser un gasto hormiga que le dolerá a tu bolsillo, es una de las maneras más fáciles en la que lo que comes puede afectarte. Programa tus comidas, cambia las frituras por alguna fruta, verdura o semillas; mantente hidratado tomando agua y té durante tu jornada laboral.

Cuidar a tu cuerpo es importante para todos los aspectos de tu vida.

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